
Desperté temprano como siempre en esos días, ya estaba listo para irme a trabajar pero un ataque de flojera me hizo sentarme en el sillón y decidí dibujar la alcancía azul que tenía desde hace tiempo.
La pobre alcancía estaba tan solita asi que decidí dibujarle un amante... ¡Ah que puercos tan cochinos!